Cada historia es un testimonio de esperanza, esfuerzo y dignidad.

Creemos que cuando una persona es verdaderamente vista y acompañada, puede transformar su historia.

Por eso, compartimos testimonios reales de quienes, con el respaldo de la Fundación, han encontrado caminos para crecer, sanar y volver a soñar en grande.

Son la prueba viva de que, con oportunidades, los sueños pueden alcanzarse.

Fermina

Fermina es madre de siete hijos, originaria de Sololá. Migró a la ciudad cuando era apenas una adolescente y desde entonces ha enfrentado sola muchas batallas. Su esposo estuvo ausente por años. Con esfuerzo levantó su familia desde una pequeña tortillería. Conoció el Centro Social Padre Navarro cuando buscaba apoyo para su hijo mayor. Fue aceptada de inmediato, y poco a poco también empezaron a recibir ayuda sus otros hijos. Sigue trabajando para sacar adelante a sus hijos y asiste a talleres de autoestima y crianza.

Gracias a ustedes estoy parada con mis hijos; porque cuando nadie te apoya ni te dan consejos, es muy difícil.​

Eddy​

Eddy tiene 14 años y sueña con volar alto, literalmente. Quiere ser piloto aviador. Vive con su mamá y sus hermanos en la zona 7 de la ciudad de Guatemala. Desde que tenía año y medio ha estado vinculado al Centro Social Padre Navarro: primero en la guardería, luego en el comedor y más adelante en los talleres de arte, pintura e incluso hip hop. Estudió el ciclo básico en la Fundación, Eddy ha decidido no rendirse. Ahora quiere estudiar mecánica, abrir su propio negocio o volar un avión.

No sé si estudiaré aviación o pondré un car wash, pero sé que haré algo. Aquí me enseñaron la importancia de tener metas. Y yo las tengo.​

Baneza

Baneza llegó a la ciudad desde Fray Bartolomé de las Casas cuando tenía 8 años. Su familia alquila cerca del Centro Social Padre Navarro. Ha sido parte del comedor y ha participado de diferentes cursos. Durante la pandemia su familia pasó momentos muy duros: encierro, enfermedades, falta de trabajo, pero Baneza no perdió la esperanza. Hoy estudia con el programa IGER y sueña con cambiar la vida de otros, tal como cambiaron la suya.

Quiero ser doctora. Antes estudiaré enfermería. Sé que lo lograré porque es mi decisión.